¿A estas alturas ve a alguien de la oposición con espolones suficientes o proyectados para dar la batalla a la 4T en la lucha por la sucesión presidencial?
Por ahí, si acaso, de los pocos que han asomado la cabeza están el ‘Chico maravilla’ del PAN, Ricardo Anaya, quien le ha copiado a Andrés Manuel López Obrador el modelo de acercamiento con el pueblo.
Si acaso, y dependiendo de las circunstancias jurídicas, tal vez puedan hacer un mártir al gobernador de Tamaulipas Francisco Javier Cabeza de Vaca, y podría convertirse en un héroe panista si es que logra vencer a la 4T que busca ponerlo tras las rejas por diversos delitos.
Pero de ahí en fuera, ¿Dante Delgado? ¿Marko Cortés? ¿Enrique Alfaro? ¿Javier Corral Jurado? ¿Quién más?
No se ve que alguno de ellos esté limpio de culpas como para salir a buscar el voto y ganar en el 2024.
En cambio la 4T -ha dicho AMLO- está preparada para el relevo. ‘Se van a enojar los reservas, pero la verdad, la verdad, sí hay relevo de este lado, pero ellos tienen problemas, nosotros no”, dijo.
Y es que en la mañanera AMLO dio informalmente el arranque de su propia sucesión.
Un destape desde Palacio Nacional que nadie esperaba.
Algunos por ahí opinan que AMLO señaló a Marcelo Ebrard quien se encontraba en la mañanera como el relevo, sin embargo, lo que sí dijo AMLO es ‘Estoy contento porque hay relevo, es de la generación que sigue. Yo tengo 67, de 50 para arriba hay mujeres y hombres’.
Y aunque de golpe sacó de la jugada a todos aquellos de primera línea en el gabinete de la 4T y gobernadores de su movimiento que para el 2024 tengan menos de 50 años, hay varios encartes visibles.
Por ejemplo, allí están el canciller Marcelo Ebrard; la jefa de gobierno de la CDMX Claudia Sheinbaum; la titular de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Rosa Icela Rodríguez Velázquez (que está en ese rango de edad y viene empujando fuerte desde que AMLO la convirtió en Cardenal); la titular de gobernación Olga Sánchez Cordero; y desde luego el senador Ricardo Monreal, el cual si AMLO no estuviera pensando en él, por sí solo se meterá en la carrera presidencial por la buena o por la mala.
La caballada en MORENA está gorda y menuda.